El pie diabético es una de las complicaciones más delicadas en personas con diabetes, y requiere atención especializada desde sus etapas iniciales. Las heridas que no cicatrizan, las infecciones recurrentes, la pérdida de sensibilidad y los cambios en la piel pueden derivar en consecuencias graves si no se tratan a tiempo.

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Un enfoque integral incluye la valoración médica del estado vascular y neurológico del pie, la limpieza adecuada de heridas (desbridamiento), el control de infecciones con antibióticos cuando es necesario, curaciones avanzadas y educación al paciente para la prevención de nuevos episodios.

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Este tratamiento busca evitar amputaciones, recuperar la función del pie y mejorar la movilidad y autonomía del paciente. Se acompaña además de recomendaciones sobre el tipo de calzado adecuado, control glucémico y seguimiento constante para mantener la salud a largo plazo.

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La atención oportuna marca una gran diferencia en la evolución del pie diabético, por lo que es fundamental acudir ante los primeros signos de cambio en la piel o aparición de heridas.